Me van a perdonar un poco el offtopic, pues este artículo va de tecnología sólo en parte.
La empatía, esa habilidad para ponernos en el lugar del otro y comprender sus emociones, se nutre de los vínculos sociales y el contacto humano real. Este caldo de cultivo está sufriendo una transformación sin precedentes. Los motivos son, por supuesto, amplios y complejos. Pero quisiera centrarme en los tres puntos que me parecen más preocupantes de cara al futuro.
1 - La soledad
Por ejemplo, uno de los fenómenos más preocupantes de nuestra época en Occidente es el creciente aislamiento social. A pesar de estar más conectados que nunca gracias a la tecnología, paradójicamente, cada vez pasamos más tiempo solos, inmersos en nuestras pantallas y menos tiempo en interacciones cara a cara con otros seres humanos. Esta tendencia, exacerbada por la pandemia, ya venía siendo advertida por expertos que hablaban de una verdadera "epidemia de soledad" en las sociedades modernas. Perdemos gradualmente la práctica de sintonizar con las señales emocionales de los demás y de cultivar la comprensión mutua.
El aislamiento social puede crear un círculo vicioso donde la falta de empatía y el enfoque en las propias necesidades llevan a relaciones superficiales y mayor soledad. Las interacciones sociales significativas ya no vienen automágicamente del ambiente: hay que salir a buscarlas. De otro modo va a ser imposible equilibrar la vida digital con conexiones humanas reales para desarrollar vínculos profundos y auténticos.
2 - La automatización
Otro ejemplo de cómo el entorno va a dejar de acercar contactos sociales de manera natural: la creciente automatización y el uso de inteligencia artificial en diversos ámbitos, especialmente en el mundo laboral. Aunque la IA tiene un enorme potencial para complementar y potenciar las capacidades humanas, también es cierto que está asumiendo muchas tareas que antes requerían colaboración interpersonal directa.
En un futuro donde cada vez más personas trabajen principalmente con máquinas inteligentes en lugar de con otros seres humanos, corremos el riesgo de ver reducidas las oportunidades para desarrollar y practicar la empatía en el día a día.
3 - La polarización
La que en mi opinión se está convirtiendo en otra gran fuente de deshumanización, es la polarización. No podemos ignorar cómo el creciente embrutecimiento político y social a nivel global representa un obstáculo significativo para la empatía.
En mi propio país, España, el "enemigo" político señalado hasta hace algo más de una década, era uno de los dos partidos mayoritarios. La nueva política trajo la brocha gorda, y el enemigo pasó a ser cada mitad del país, hasta el ultimo ciudadano. La toxicidad de nuestro ecosistema político se está convirtiendo en una tormenta perfecta contra la empatía: los partidos políticos estrujan cada vez más el odio, la indignación y la deshumanización del otro para escurrir hasta el último voto (los términos despectivos empleados para señalar al otro harían alzar la ceja de un ruandés), apoyados por una prensa famélica que para sobrevivir vende una lucha desquiciada entre el bien y el mal. Conceptos abstractos de la Revolución Francesa, como izquierda y derecha, ahora son propiedades medibles de la materia.
¿Cuánto tiempo puede durar una democracia en la que, tras cada legislatura, algo tan definitorio de sí misma como es la alternancia de poder se presenta como el más desnortado relato del fin del mundo?
En un occidente de estancamiento y desigualdad, con una creciente población soltera y desempleada, el sentido del propósito se está volcando en las ideologías, que a su vez se están convirtiendo en religiones seculares fundamentalistas, con sus mismos mecanismos de deshumanización. Esperemos que no vuelvan los escenarios venenosos del siglo pasado en los que llenar la población de odio contra otros era una ventaja política utilitaria, la psicopatía colectiva un medio para barrer al rival.
La empatía es invisible porque se da por sentada. Me temo que vienen tiempos en los que habrá que hacerla visible de manera activa.